segunda-feira, 16 de fevereiro de 2015

Taxi en São Paulo Capital, un tormento




Fui al carnaval y tomé un taxi desde el terminal de autobuses hasta el Anhembi, cuando el taxista me preguntó el destino y le dije ya me contentó: Mejor que vayas en Autobús. Le dije que quería ir en taxi pues ya era tarde y quería conseguir lugar para el ver el carnaval. Él metió una canción alta donde cantaba himnos de iglesia evangélica. Me cobró un valor fijo de 25 reales y me dijo que salidas como estas no valen la pena pues suele tener salidas más largas que pagan más.
Para volver al terminal el tormento fue mayor, había una fila de taxi pero nadie paraba, decían que no podían aparcar donde estábamos, cambiamos de calles varias veces y siempre decían lo mismo cuando les decíamos el destino. Incluso vi un taxi parando para un hombre que llevaba una ropa de bombero, para los demás ellos ignoraban, hacíamos dedos y fingían que no había nadie.
Conclusión, después de 12 horas para ver el carnaval fui a pie al terminal.
Esta fue la primera vez que me pasó, los demás años tomé el taxi sin problema, pero eso que narré acá ocurrió con muchas personas que solicitaban el taxi y no tuvieron éxito.

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