Cuando era más joven usaba clara de huevo en la piel.
Primero lavaba la cara y después untaba con la clara de huevo con el auxilio de un algodón y dejaba esperar.
La dejaba por media hora y después lavaba la cara.
El secreto era estar con la cara estatua, sin sonreír y sin hablar.
Es indicada para secar las espinillas y dejar la piel más lozana.
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