La vi en la internet, acá en Brasil no se habla sobre Tula, no conocía a nadie que hubiese ido allá y además estaba en el estado de Hidalgo.
Me enamoré cuando la vi y pedí a los amigos mexicanos que me llevasen allá y para Tula fui.
Una emoción sin igual, el palacio quemado, la cancha de fútbol, las tienditas, los cactos distintos, las pirámides y los Atlantes.
Subí cada escalón, son todos muy difíciles de subirlos pero valió la pena todo que hice para llegar allá.
Noches y noches investigando sobre el sitio y la manera de llegar allá.
Es un lugar mágico, con una vibración increible que nos pasa algo de paz, que nos llena los ojos y nos pone una sonrisa.
Tula, un lugar perfecto para visitar.
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