En una clase una alumna que ya era una señora me contó que cuando era niña sólo había heladera en su casa, así la gente de la vecindad llevaba cosas para que su mamá guardase en la heladera de su casa.
Una vez llegaron de la escuela y había un rico postre en la heladera, ella y sus hermanos comieron un poco del postre pero cuando llegó la mamá les dijo que era de la vecina pero ya habían comido la mitad del postre, su mamá tuvo que disculparse con la vecina y contar lo sucedido.
Historias como estas ya no se hacen más pues hoy es común tener una heladera en casa pero los antiguos siempre tienen buenas historias para contarnos.
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