quinta-feira, 17 de maio de 2012
La pereza muchas veces es amiga de la pobreza
Todos los años mi esposo y yo comprábamos regalos para unos niños que eran muy pobres y la madre no tenía dinero para nada.
Pasaron los años y siempre les dábamos el regalo y teníamos mucha pena de la situación que vivían.
Un día tuve la oportunidad de hablar con la madre de los niños y preguntarle su edad y me dijo que tenía la misma edad que tenía yo.
Por ser una mujer todavía joven le pregunté si no tenía ganas de cambiar de vida, de buscar un trabajo y con toda sinceridad del mundo me dijo:
La pereza no me permite trabajar!!!!!!!!!!!!!!
El colmo!!!!! verdad????? Nunca más les di nada.
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