La serpiente muy enojada quería comer la luciérnaga, al atraparla la luciérnaga le dijo:
Puedo preguntarte algo?
La serpiente le contestó: Claro, lo que quieras.
Entonces la luciérnaga le preguntó si era normal que una serpiente comiera una luciérnaga y la serpiente le dijo que no.
Sin entender la luciérnaga le preguntó por qué entonces sería devorada y recibió la respuesta:
PUES NO ME GUSTA VERTE BRILLAR!
moraleja: Muchas veces nuestro brillo molesta a la gente.
NUNCA DEJA DE BRILLAR POR MÁS QUE UNO SE MOLESTE POR ÉSO!
contenido: moraleja
foto: google
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